domingo, 29 de junio de 2008





Conversación de mujeres entre mis cosas

Dorita sabía que no eras libre
la noche en que perdías tus vocales
oleadade viscosas caricias,
amando y mordiendo tu cintura
,la noche excitada,
olvidó
hasta los puñales extraídos del silencio.

La misma noche no sabía de Dorita,
ni de tus flores buenas(Como las de Javier, el Javier que nunca conoció Chabuca).Ella, quien solo supo secar sus manos en tu piel, dormir a tus pies.Dorita conocía solo una forma de preguntar,siempre escogía los insultos que necesitabas para amar;teniendo a la mano siempre
la sombra,
la que secara la lluvia sobre tus manoso la lluvia de seudónimos distintos de la luzpuestos a tus espaldas...
Ella, Dorita, sabía que tú no eras libre
estaba segura,
segura porque te amaba mientras tu cantabas.
Yo no creo que debas llorar
mientras aun esté tan lejos el sol
tampoco creo que debas amar
mientras aun esté tan cerca el sol
¡Eso, así se pisa niña! , despacito para no despertar a los que viven abajo
los que nunca hablaron tres horas sobre el frío,
los señores más cuerdos de la tierra;
la Dorita los conoce, ella amó a uno de ellos,
cambió sus ropas, lo besó mil doscientas veces al dia
por tres lunas seguidas…
Me llamaba princesa de miércoles
Dorita susurraba: Los miércoles son de suerte.
que la besaron, que le llenaron de zafiros los dientes,
que la violaron, que no sufrió,que aprendió a besar,
a mirar deseosa y con suerte,
que los miércoles eran de suerte, se repetía cansada
y yo era su princesa,no podía ser de otro día.
Te escondías tras los versos de ella
jugábamos a que no te encontraba,
reíamos porque ya ni me conocías
yo no podía más con la tragedia de Dorita
el día que le cortaron la mano con que te escribía
fue cuando empecé a perderte
cuando creí (aún con ganas de cortar mis manos para encontrarte)
que lo más importante era llegar a viejo
,dormir a los pies de nuestro perro
como mande el dado, seis,
uno
o rogar por un tres
pero a los pies y queriendo
y nacer por segunda vez
desde las entrañas, desde donde sabes
en cualquier animal, en una indecente princesa
o en tu propia Dorita.


3 comentarios:

CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

e-x-c-e-l-e-n-t-e

José Guibert dijo...

Hola, ayer asistí al blog lounge, leí tu poema impreso en esa hoja bond que repartieron a todos, no escuché tu parte en el conversatorio, pero sí tu experiencia poética y literaria que me parecieron auténticas. Disfruté mucho tu poema, pensé en hablarte y preguntarte si tenías más; pero me jalaron rápido por allí. Espero leerte más poesía!!!

Saludos

José Domingo

Novia Urbana dijo...

concuerdo con césar :)
un abrazo!