domingo, 23 de diciembre de 2007

Hermana ventana








Una figura cadenciosa apoyada en la ventana
se entrega al óleo del mar esta mañana
callada, más celeste, más callada
empapada en su propia metáfora
apoyada
en mi destino.
En este mes el ojo se hiere de noches
de cantantes y de lumbreras;
he caminado lo suficiente para el cariño de los amigos
por donde las piedras duelen
donde suelen ser parte del paisaje
jamás esclarecido, ni amado, ni pintado
por allí hoy viernes de regreso y de ron a escondidas
por donde el hambre cambia de calles
y se atormenta de letrillas
que los despistan,
este mes que ando
con los libros trepados en el quiero
en el aquí o más allá
riendo con Dalí
con su verbo sin antepasado, sin noticia querida
con su figura en la mañana
toda sobre mi ventana y su ventana
con su difunta Gala
su color, su virgen, su distancia
sobre su ventana yace la ajustada piel de mi espanto
sobre la cortina interminable
para salir al sol y escuchar lo intimo
y poder mirar a la gente sin miedo
de golpear la frente en el suelo.

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