domingo, 23 de diciembre de 2007

No son solo dos momentos de miercoles







Que de dos momentos
debo a tus pisadas todo lo que duele
cuando amanece aquí
donde crece la hierbaluisa
donde crece el sabor,
donde nace el dia exacto
para amar
para olernos o para escuchar a Cortazar
hablar de como debemos hacernos el amor
como besar
como y cuando
besar tus dioses,
como beso tus heridas los dias como hoy.
Que de dos momentos debo agradecer
a aquellos que temen cantar los días domingos
sin versos ya donde descansar
porque los poetas ya no quieren saber de la luz
ni de los consejos incoloros, ni de la leche de madre propia
ni de los domingos sin adjetivos solo domingos.
Debo pensar y seguir escribiendo
sobre los que sufren con la mala pedagogía de amar dentro de los antiguos bares
debo escribirte como león cansado, como una guerra desnuda de sangre ( sin música propia)
escucharte pero no hacerte caso
para poder dormir, y hacer los paseos matutinos
con este libro de Quino destrozado bajo el brazo
pero sin escupir al cielo como aquel que pierde el sol;
pero sin mentiras,
en silencio
escondido tras un mojito al final del bar y de la primavera.
De dos momentos espero agradecer
El temor de vivir
sin un milagro cartesiano sobre la frente o ardiendo en los bolsillos
junto a los cigarros restantes del poema anterior a este.
Espero, de igual manera y con mayor respeto, llover sobre tu cuerpo
mordido por mis insultos y mis versos
acaso debiendo también hacer vidrio a pedradas
escritos de agradecimiento y conmiseración a la mismisima mierda
a la que tanto mientan sin comprenderla
arrastrándola, engañandola
y acompañar su melancolía con mi demencia de página vacía
y mis huesos llenos de golpes y palabras ardientes
porque solo así
espero y debo agradecer
que estes viva y me atormentes
solo dos momentos y para siempre.


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