domingo, 23 de diciembre de 2007

No amo al escribir








En las afueras de un hotel la oí por primera vez
y oí también el dolor marcado del sol
al conversar con la palidez de su hombro descubierto
andaba vestida cómo las calles de esta historia
como las que suelen tener cafés y verbos mendigos
limosnando propia vergüenza…
Se que siempre dudas de los libros que hablan
de la luz que se filtra por el techo
del camino y del aderezo poético de los lunes
-no te culpo, no amo esta ciudad antes de la puesta del sol-
Se que siempre dudas de los árboles
que corren hacia el pasado cuando en bus lloras
cayendo, cansada, en otros cuerpos,
encerrada en un minuto
sudando por pura ignorancia y por mis versos
llorando la canción de primavera en mi ventana
escupiendo
por los que no pueden escupir
por los indefensos como yo que no pueden verte
o entenderte
que solo recuerdan luces, música de circo
que te recogen por pedazos
como los artefactos de Parra
tan solo por empezar a escribirte.

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